jueves, 25 de febrero de 2010

RUTA CHICHIMECA - ETAPA DURANGO


RUTA CHICHIMECA - ETAPA DURANGO
Camino Real Tierra Adentro

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Todo inició hace como tres años cuando Agustín Villegas compañero ciclista de San Luis Potosí, me invitó al proyecto de una ruta exclusiva para caminantes y ciclistas que uniera al país de norte a sur y eventualmente con otras alternativas de este a oeste que a la vez se coincide con el esfuerzo de un camino continental llamado “Ciclo América”.

Desde entonces se ha estado trabajando y es por estas fechas de julio donde anualmente, se efectúa en relevos, el recorrido de la Ruta Chichimeca desde Paquimé Chihuahua pasando por 10 estados de la República hasta llegar a la Ciudad de México y este año hasta Acapulco, Guerrero.

Así que este 17 de julio ya muy tarde en la noche salimos de Durango para Parral Chihuahua donde tomaríamos de nuestros vecinos Chihuahuenses, la estafeta de la ruta y continuaríamos a recorrer nuestro Estado. Manejar en la noche en una carretera que por sus rasgos actuales todavía logra transportarte en el tiempo a los años de 1950 cuando se efectuaban las carreras de autos de “La Panamericana” es terrible, así que llegamos por allá en la madrugada viendo visiones de elefantes rosas (al natural), y como ya no tenía caso hospedarnos en hotel decidimos dormir un rato en el autobús de Aventura Pantera y esperar que amaneciera.

Gracias a la madre naturaleza y el sistema solar, tenemos algunos constantes en nuestra vida (muy poquitos) y uno de ellos es la salida del sol, mismo que no falla nunca, así que es verdaderamente reconfortante ver salir el sol temprano en la mañana.

Te le quedas viendo perdido en la distancia, inconscientemente recordando cosas del pasado colectivo que en realidad no visualizas pero te agradan. Sin embargo, te levantas temprano en la mañana en una ciudad extraña y no hay nada que hacer, no pedíamos mucho, solo una tacita de café con unos huevos rancheros o un similar, pero a esas horas no puedes hacer nada más que estacionarte bien pues no hay vehículos en la calle, y después andar como loco de un lado a otro tratando de hallar un periódico para leer y un restaurante abierto.

En eso andábamos, cuando llegaron Los de “Chihuahua” amables como sabe ser la gente del norte y por fin desayunamos y después de más o menos organizarnos salimos rumbo a Canutillo, lugar donde pasó sus últimos días el Centauro del Norte General Francisco Villa, importantísimo personaje en la historia de nuestro país, si tan solo estuviera vivo.

La ruta Chichimeca en el Estado de Durango sigue en lo que se puede el antiguo Camino Real de Tierra Adentro y decidimos hacerlo así pues el semi desierto de nuestra tierra no tiene mucha promoción y esta es una buena oportunidad para resaltar el área. Desgraciadamente luego luego en Villa Hidalgo, antiguamente Cerro Gordo después de platicar con el Presidente Municipal nos indicó que la ruta estaba llena de ranchos de puertas con candado y que iba ser muy difícil llegar a Atotonilco por lo que decidimos aun cuando esta era una etapa muy importante, rodearla y nos fuimos a acampar en La Zarca o el Kilómetro 120 como lo conocen los locales.

Desde este punto de la carretera MEX 30, nuevamente salimos pedaleando en una jornada algo larga de 115 kilómetros rumbo a Bermejillo, pasando por Santo Domingo y en seguida en el kilómetro 70 en el pueblito del 30 de Noviembre volteamos al sur por la carretera MEX 33 rumbo a San Pedro el Gallo y finalmente San Luis del Codero.

Esta parte del estado tiene como característica ser un enorme llano lleno de lomas y cruzado de vez en cuando por pequeñas cordilleras de poca altura, como está en lo que se considera el casi desierto pues no llueve mucho, su vestido es de plantas como el ocotillo, los cardenches, biznagas, nopales, yucas y otras propias de este tipo de clima. Lo bueno fue que como es temporada de lluvia todo estaba en flor y donde no se veía amarillo, estaba morado o blanco, muy bonito.

Cabe mencionar que por ahí antes de llegar a San Pedro del Gallo está un pequeño poblado del 5 de Mayo que no tiene nada en particular a excepción de que ahí en una minúscula tiendita del mismo, está doña Lucina Tarín (apellido antiguo) y su perrito Capullo donde nos paramos tradicionalmente a descansar, platicar, tomar un refresco, una portola de sardinas o lata de atún con galletas saladas (según tu gusto) y dormir una siesta en lo que llamamos el “Country Club” del lugar, que no es otra cosa mas que la buena sombra de un Mesquite, junto a la cancha de basquet, unos juegos infantiles y una pila de agua con lama, que aquí en el desierto, aprende uno a apreciar.

Ya con el sol un poco más abajo y después de una ligera llovizna que tornó a esa tarde como la más placentera del viaje, seguimos el camino hacia el sur, pedaleando en un clima fresco con todo brilloso por la lluvia, oyendo al pasar rodando, pequeñas partes de las mil y una melodías que según esto se saben los “chenchos” (Mimus polyglottos leucopterus, ave más numerosa del sitio).

De San Pedro del Gallo en la ruta del Camino Real, podemos decir que fue un presidio muy importante para la seguridad de la región en los 1600 y tiene una iglesia del Siglo XVII y el santuario de la Virgen María muy bien restauradas, cabe mencionar que nos encontramos a una familia Silerio que hace 150 años emigró aquí por algunos problemas, desde la Yerbabuena lugar de donde son originarios. Finalmente ya por la tarde llegamos a San Luis de Cordero donde nos hospedamos con la Señora María Jesús Silva en “La Pasadita”.

San Luis es un pueblo o ciudad pequeña donde se ve algo de progreso pero nos llamó la atención un monumento o placa conmemorativa donde con palabras sencillas llenas de fuertes sentimientos, se honra al Migrante. Textualmente este dice: “Con el agradecimiento y el recuerdo siempre presente, de nuestros padres, hermanos, familiares y amigos que debieron emigrar al extranjero para buscarse y procurarnos mejores formas de vida. El pueblo de San Luis de Cordero y el H. Ayuntamiento 2004-2007 brindan este merecido reconocimiento.” Con el corazón en la garganta no pude hacer otra cosa mas que tomarle la foto, pero todavía a la fecha pienso en lo que gritan estas frases.

Tratamos de salir temprano de San Luis rumbo a Nazas para evitar el calor, pero no fue posible, ya en el camino no podía pensar más que en el bistec ranchero con chile piquín que nos había dado Doña Maria Jesús la noche anterior, caliente caliente. Aquí la mayoría del camino está rodeado de tierras labradas lo que habla bien de la gente pues se ve que son trabajadores. Ya para llegar a Nazas, se me atravesó una víbora de cascabel y no fue más que por instinto que la ví, pues imitaba al fiel el color del pavimento, y aun cuando iba retrasado de los demás, pare para tomar la foto.

Después de cruzar el Río Nazas (razón de vida de estos lados) por un puente colgante bastante rústico llegamos a la ciudad de Nazas también fundada por Fraile Agustín de Espinoza en 1598 como “Cinco Señores”, ya que no es hasta 1931 y después de varias fundaciones que se le da el nombre de Nazas que era como denominaban los Indígenas, unas trampas que usaban para pescar. Ahí en la plaza principal nos encontramos al Sr. García Arratia de Desarrollo Municipal quien nos invitó unas gorditas riquísimas por cierto. Se ve que le están echando ganas arreglando algunas calles y banquetas y se siente el dinamismo de su gente.

De Nazas nuestro camino seguía hacia Peñón Blanco por Tres Marías y aquí está la única subida de consideración de todo el trayecto, el accenso en sí no era muy molesto pero la plaga de tábanos, unas como moscas grandes que literalmente muerden en lugar de picar, estuvo tremendo, no podías ni descansar a gusto, pero con todo y tábanos al llegar a la cima después de unas gorditas, tomamos la siesta para quietarle el filo al sol un poquito, el calor era agobiante.

Era increíble, pero de donde estábamos el cerro de Peñón Blanco, se veía lejísimos en el horizonte y no podíamos más que pensar la “friega” que nos llevaríamos. Aquí dos rancheros muy a la antigua con caballo y todo nos indicaron en una voz ronca ininteligible, que íbamos bien en el camino correcto y no había más que seguir por el terreno ondulante, el cual parecía no tener fin. El calor y las constantes subidas y bajadas por el camino pedregoso me traían con los ánimos por los suelos y lo único que me hacía seguir pedaleando era una tiendita antes de llegar a Nuevo Covadonga donde usualmente había unas coca colas bien frías y no es comercial. No saben la desilusión que sufrí, cuando me informaron que por causa de una enfermedad de un hijo, ya no tuvieron dinero para surtir la tienda y no tenían nada.

Como ya habíamos andado unos 90 km. y todavía nos faltaban otros 20 para llegar, decidimos una de las integrantes llamada Georgina y un servidor subirnos al vehículo de apoyo, que delicia irme sentado un rato. Llegamos a Peñón Blanco a la hora de la cena y decidimos acampar en el Balneario La Concha donde a pesar de el horripilante ruido de varios estéreos de carros tocando música de toda al mismo tiempo, estuvimos tirados todo el día siguiente descansando.

El resto del viaje a no ser porque se pedalearon más de cien kilómetros cada día, estuvo tranquilo. De Peñón salimos a Guadalupe Victoria y al día siguiente con la compañía de algunos ciclistas de Durango pedaleamos (yo manejando) hasta Súchil pasando por Villa Unión, donde dejamos la estafeta pues ahora les tocaba el turno a los Zacatecanos continuar la Ruta Chichimeca.

Para celebrar nos compramos un cono de una nieve muy buena que tienen aquí y regresamos a Durango. Al pueblito lo han estado arreglando y está quedando bien, pero lo que más me gustó de todo es que tienen un anuncio en el que se lee “Cuida los árboles porque nos dan vida”.

www.rutachichimeca.org

miércoles, 24 de febrero de 2010

EL PARQUE GUADIANA


EL PARQUE GUADIANA.

Si bien fue la expedición del desafortunado Ginés Vázquez de Mercado en 1552, quien primero visitó el valle del Guadiana en busca de su cerro de plata que resultó ser de fierro y ahora lleva su nombre, fue el Capitán Francisco de Ibarra quien a finales de 1554 pasara por el Valle del Guadiana , donde por cierto fueron atacados por un grupo de indígenas Tepehuanos y resultó herido por una flecha en la pierna y observó de primera mano los beneficios de fundar una villa en el valle.

Eran varias las ventajas que brindaba éste, pues contaba en sus alrededores con bosques para madera, buenas tierras para sembrar, y abundante agua tanto en los ríos Tunal y Sauceda como en el gran ojo de agua que luego fue llamado del Obispo, así que unos pocos meses después de ser nombrado Gobernador de la Nueva Vizcaya fundó lo que ahora es la ciudad de Durango en Julio 8, de 1563.

El Ojo de Agua del Obispo que por cierto, surtió de agua a la ciudad por medio de un sistema de acequias varios cientos de años, estaba rodeado de una ciénega y esta a su vez estaba en un bosque al cual con el tiempo se le dio el nombre “de la China” según la leyenda, por que ahí vivía una mujer de esa nacionalidad.

Como antecedentes tenemos que en un programa de saneamiento para la ciudad en 1898 se proponen secar el bosque canalizando las aguas y por cierto agravando el problema de escasez de agua para la ciudad y en 1925 se expropian 100 hectáreas de este mismo para destinarlas como un área de recreación para los durangueños, en 1927 se inician los primeros trabajos de acondicionamiento como parque público.

Unos años después en 1931 y siendo Gobernador el Ing. Pastor Rouaix se remodela el área inaugurándolo como Parque Revolución nombre que nunca se populariza ya que la población le llama como hasta la fecha Parque Guadiana.
Así pues tenemos lo que acertadamente llama Manuel Losoya Cigarroa cronista de la ciudad, “El rincón más querido de todos los Durangueños, porque sus árboles añosos y viejos jardines son testigos del paso de muchas generaciones”.

Es muy posible que no haya duranguense ya sea chico o grande que en un momento de su vida, no haya visitado este parque y es de seguro que muchos de nosotros guardamos algunas de las memorias más agradables de nuestra infancia relacionadas con el mismo.

Este sitio, importante en la historia de Durango, a través de los años, se ha convertido en un hermoso bosque urbano que además de brindar servicios ambientales a la ciudad como es el ciclo de carbono, control de la temperatura citadina, beneficios psicológicos y de salud de quien lo visita y otros, es el hábitat de muchas especies de fauna y sobre todo de la avi-fauna que vive en los árboles del mismo.

El Parque Guadiana también tiene infraestructura propia de un espacio de esta naturaleza donde los niños pueden jugar en sus columpios, un andador especializado para los corredores y caminantes, fuentes, alberca olímpica, y hasta un auditorio del pueblo inaugurado en 1960. Además cuenta con un trenecito que le da la vuelta a un hermoso lago de los patos, y hasta hace poco contaba con una ciclo pista recreacional, (en remodelación) con una zona arbolada que servía como freno del aire y para refrescar a los ciclistas de todas las edades.

El Parque Guadiana está en todos los corazones de los durangueños, posiblemente más aun en aquellos que viven lejos de aquí, por lo que es fundamental meditar con sentido común los proyectos que cualquier administración gubernamental pretenda llevar a cabo en este paraje. Es nuestra la responsabilidad con las futuras generaciones, con nuestros hijos y nietos y sus hijos a la vez, perpetuar la sobrevivencia de este maravilloso espacio, patrimonio de todos los durangueños. Te invitamos a visitarlo.

miércoles, 17 de febrero de 2010

BOLSÓN DE MAPIMÍ


BOLSÓN DE MAPIMÍ.

En la región de la Laguna dentro del estado de Durango se encuentra una de las más interesantes y misteriosas zonas de nuestro Estado, El Bolsón de Mapimí.

Éste, está situado dentro del desierto más grande de Norte América denominado Desierto Chihuahuense que se extiende desde el Estado de San Luis Potosí pasando por Zacatecas, Coahuila, Durango, hasta Arizona, Nuevo México y Texas en los Estados Unidos, y es sin duda uno de sus rasgos más sobresalientes.

Es indiscutible que aún cuando los desiertos han sido considerados en lo general lugares inhóspitos sin vida, su nombre viene del latín (desertum, lugar abandonado, soledad), esto ya en la realidad dista de ser verdadero pues en el “desierto” existen un gran variedad tanto de plantas como de animales y en el caso del Bolsón, según el Instituto de Ecología se encuentran 350 especies de flora y 270 de fauna algunas endémicas, lo que si es cierto es que, realmente llueve muy poco ya que recibe menos de 270 mm. de lluvia en promedio al año.

El Bolsón de Mapimí es en sí una cuenca cerrada, pues su cause no sale a ningún lado, así el Río Nazas y el Aguanaval que ahí descargan sus aguas, antes, mucho antes, formaban una gran laguna que todavía vieron los Conquistadores por ahí a fines de los años 1500.
Ahora en día el área aparte de ser una de las más prósperas del Estado por su industria, además es un lugar cargado de historia y bellezas naturales.

El papel que jugaron las ciudades de Lerdo, Gómez Palacio, Torreón y las poblaciones de Bermejillo y Mapimí durante la revolución para la evolución de la llamada División del Norte y el nombramiento del General Francisco Villa como Comandante de la misma, fueron determinantes y todavía ahora podemos visitar algunos de esos lugares históricos como la Hacienda de La Loma.

Hacia el norte manejando por la carretera Gómez Palacio-Chihuahua y desviándose al poblado de Dinamita un poco más adentro por el camino de terracería llega uno al Cañón del Sarnoso donde la erosión causada por el aire ha esculpido en la roca formaciones caprichosas que dan lugar para todo tipo de imaginaciones.

Continuando por esta carretera 49 a sólo 30 Km. de Gómez Palacio está Bermejillo donde Villa durante la Revolución dejó sus trenes en las dos tomas de Torreón, y aquí nos desviamos por la carretera estatal 30 rumbo a el poblado de Mapimí, fundado por el sacerdote jesuita Agustín de Espinosa el 25 de Julio de 1598.

En su principio se recuerdan rebeliones indígenas en 1648, 1650, 1652 y 1715 lo que nos da un rasgo de los indígenas Tobosos y otros Chichimecas que vivían por aquí. Luego finalmente se construye un presido para contenerlos. También por Mapimí pasó el cura Hidalgo en su camino a Chihuahua a ser ejecutado y el Presidente Benito Juárez. Detalles de estos acontecimientos se pueden ver en el Museo localizado en contra esquina de la Plaza de Armas. Además no puede uno dejar de visitar el cementerio donde curiosamente encontramos una gran cantidad de extranjeros (los que trabajan en las minas) sepultados en el mismo y varias lápidas del arte funerario de Don Benigno Montoya.

La Mina de Ojuela la razón más contundente para la existencia de Mapimí, todavía ahora es explotada por su lado sur, pero en su lado norte su historia nos dejó todo un pueblo minero fantasma y el Puente Colgante de Ojuela con todos sus 319 mts. de longitud que lo hacen uno de los puentes colgantes más largos de América Latina y sus más de cien años desde que fue construido. El acceso está por la carretera 30 entre Mapimí y Bermejillo.

Finalmente uno de los atractivos más impactantes del área son las Grutas del Rosario, éstas esconden en su interior una belleza sin igual y se ha dicho que son unas de las cavernas más hermosas del mundo. Las estalactitas y estalagmitas que crecen por la acción del agua en la piedra caliza del cerro a través del tiempo han construído adentro un verdadero mundo subterráneo de fantasía el cual no deja de impresionarte cada vez que vas. El recorrido es de unas dos horas y media y en el poblado de Vicente Suárez puedes conseguir permiso y guías para entrar. Para llegar sin mucha premura nosotros sugerimos seguir hacia el oeste por la carretera 30 saliendo de Mapimí unos cuantos kilómetros y voltear hacia la izquierda, hay un anuncio que marca la ruta hasta el Ejido Vicente Suárez donde ya preguntando encuentras al Guía. Están como a 20 Km. de recorrido.

Y si todo esto no te es suficiente, te invitamos a visitar el Cañón de Fernández. Por ahí nos vemos.

viernes, 12 de febrero de 2010

PEÑON BLANCO GIGANTE DE GRANITO


PEÑON BLANCO GIGANTE DE GRANITO.

Todo inició con una invitación de Olaf Vargas amigo e integrante del grupo Tierra Norte para hacer un ascenso al cerro de Peñón Blanco, a lo cual yo inocentemente acepté. La región de Peñón Blanco tiene su historia y como lo comprueban los sitios de pinturas rupestres “El Banco” y “La Cueva Pinta”, las hachas de piedra, puntas de flecha y demás utensilios que se han encontrado alrededor, esta no inicia con la llegada de los españoles, sino cuando menos 6000 años antes de Cristo con la presencia de grupos humanos en el área. Fueron varias las tribus de Indígenas que habitaban la región del semi-desierto y los podemos considerar a estos Chichimecas pues todos eran nómadas y más o menos seguían un ciclo alimenticio natural que consistía en estar a tiempo en donde había comida, y así cosechaban lo que dios y la naturaleza les brindaban, además de lo que podían cazar. Cuando arriban los Españoles en 1560 y tantos, tenemos a tribus de Tobosos, Zacatecos, Babosariguarmes y Mezcaleros, mismos que poco después fueron diezmados por las terribles enfermedades que la conquista trajo consigo, virtualmente extinguiendo a varias de ellas.

El poblado de Peñón Blanco es oficialmente fundado el 4 de octubre de 1599 y de ahí en adelante son los españoles los que marcan el paso de desarrollo de la región, mismo que no fue nada fácil pues estaban constantemente expuestos a los ataques de los Indígenas de la Gran Chichimeca y luego ya en los 1800 de los Indios Apaches. Es precisamente en la ultima parte del siglo XIX que Peñón Blanco se industrializa y sale a relucir Juan Nepomuceno Flores como el hombre quizás más importante en la historia del lugar, pues fue dueño de varias haciendas y lo más importante, de las fabricas de textiles que fueron muy exitosas a mediados del siglo, y hasta que durante la revolución, fueron quemadas por los trabajadores.

La fecha de salida mayo 12, llegó rápidamente y así el viernes como a las 3 de la tarde partimos hacia Peñón Blanco, el grupo se componía de integrantes tanto de Tierra Norte como de Aventura Pantera y dos horas y media mas tarde ya andábamos en el poblado preguntando por Don Genaro Pulido historiador de la región, quien amablemente nos enseñó el Museo Comunitario que está dentro de la Presidencia Municipal, antigua casona de Juan N. Flores y mas o menos nos dio las direcciones para llegar primero a Nuevo Covadonga y luego a la base del Cerro de Peñón Blanco donde iniciaría nuestra aventura. Por ahí un poco antes de anochecer llegamos a la base y montamos campamento al pie de unos antiguos árboles de Mezquite.

Las cinco de la mañana es inhumanamente temprano para andar en pie, pero se había acordado salir temprano así que desayunamos y ya para antecitos de las 7 AM y a 1750mts sobre el nivel del mar, salimos caminando hacia nuestro objetivo. Más o menos una hora y media después nos encontrábamos junto a una gran piedra tamaño casa quebrada a la mitad (2090 mts. s.n.m.) donde están las pinturas rupestres del “Banco” y un sencillo cuaderno con pluma y todo para que te apuntes. Por ahí echamos nuestro último bostezo de la desmañanada, e iniciamos lo que iría a ser un súper mega esfuerzo.

Yo tenia mis dudas pues no había echo nada de ejercicio y no traía condición alguna, pero lo extremadamente extraño y bello del paisaje me quitaron algo de la aprensión. El cerro que por cierto es el único peñón de granito que tiene el Estado, parece un gran monumento a lo majestuoso de la naturaleza, ya más de cerca, lo ves, y no das crédito a tus ojos de lo empinado que se ven las pendientes y de hecho se te “enchina” el cuero nada más de ver lo que por el momento consideras imposible. El padre de Olaf, Don Jesús Vargas y él mismo, ya habían hecho el ascenso e iban dirigiendo nuestros pasos. De las ocho rutas más o menos establecidas para ascender, seguíamos la tercera, pero eso no quiere decir que es un caminito ni que esta marcada, sino que tienes que ir buscando el paso por entre los enormes bloques de piedra y seguir unas como gigantescas lozas bastante parejas y asperas, que llevan hacia arriba como hasta un tercio del ahora si, muy pero muy abrupto camino.

Ahora que no nada más ibas caminando y ya, claro que no hay agua, así que tienes que cargar toda la que te vas a tomar que pueden ser mas de seis litros, además de que llevas todo tu equipo, arnés, cuerdas y demás fieros, comida, suplementos y casi lo más importante la cámara.

Vas cargado y de subida, el peso de la mochila se multiplica en serio por el jalón de la gravedad que te trae desquiciado, así que poco a poco vas, más que caminando, gateando hacia arriba. Por ahi como a la mitad o un poco menos, en una covacha o medio cueva, dejamos la mitad del agua y comida para el descenso, también dejabas lo que te habías traído de más que siempre suelen ser varias cosas.

De aquí (2300 mts s.n.m.) en adelante las cosas se pusieron serias, Olaf hizo una escalada libre para afianzar una cuerda en unas placas que alguien había dejado anteriormente y los demás subimos por cuerda hasta una chimenea o algo así como una grieta que nos llevaría hasta arriba. Esto de chimenea se llaman así por que eso parecen y uno haciendo presión entre las paredes del dúcto de tres lados, se va jalando hacia arriba. Bueno déjenme decirles, que gracias a dios no le tengo miedo a las alturas, pero quiero que sepan que esto impresiona a cualquiera, la adrenalina debido al esfuerzo que haces está al máximo, el riesgo de caer por el precipicio resultaría casi de seguro en multi-fracturas o algo peor, así que el sentimiento es de terror puro.

Hasta ahora la vista del paisaje allá abajo con la luz del sol amaneciendo, iluminando poco a poco toda la región estaba verdaderamente hermoso y es lo único que medio te daba un descanso de las emociones fuertes que ibas sintiendo. Paso a paso subíamos un poco más y mas valiéndonos de todas las posturas y puntos de apoyos que nos podíamos imaginar y que tu cuerpo podía aguantar para subir y subir y que horror. En un momento en que llegué a un lugar estrecho donde no pasé por culpa de mi esbelta figura ( la panza) que me trae como 7 kilos arriba de mi peso normal y tuve que usar a un arbolito donde me tenia que afianzar y estaba lleno de hormigas que se te subían por todos lados, pero no te las podías espantar, pues o te agarrabas o te agarrabas y todas las hormigas picándote las manos y ante brazos, estaba canijo.

Seguimos hacia arriba y el grupo se separó un poco pues Luis, Olaf, su hermano y padre estaban ayudando a subir a nuestro camarógrafo de video Beto, y esto los estaba retrasando así que nosotros continuamos sin cuerda a la parte más pero mucho más inclinada de la grieta que seguíamos hasta estar casi en vertical, ya estábamos casi en la cima y no había nada que nos parara. Uno de los lugares que pasamos brincabas un poquito para alcanzar la otra orilla pero debajo de ti había cuando menos unos cien metros, de manera que sentías en lugar de mariposas, un panal de abejas en el estómago. Un brinco más y salías de nuestro tubo ya arriba a un paisaje verdaderamente increíble. Estuvimos ahí el Mike, Carlos y yo, un rato absorbiendo el momento, compartimos un lonche, eran las tres de la tarde, teníamos 8 horas de intenso esfuerzo, se puede decir extremo y por fin estábamos arriba. Un halcón peregrino molesto por nuestra incursión estaba como loco volando por todos lados gritando su descontento pues su nido estaba cerca y unas cuantas auras y zopilotes estaban planeando en las corrientes de aire sin mover una sola pluma. Era increíble. Luego ya nada más para llegar subimos los veinte pasos que nos faltaban para la cima y nos congratulamos (2500 mts.s.n.m.). Los compañeros no venían más que un poco más atrás y también llegaron a la cima donde ya todos nos tomamos fotos y apreciamos el impresionante paisaje.

Recordé a mi hijo Charlie que tanto le gustaban estos momentos y sentí que estaba conmigo, le saludé como solía hacerlo él y le agradecí a Dios su bendiciones; ya era hora de partir nuevamente hacia abajo. Como pasa el tiempo de carrera cuando no quieres y aun cuando la vista era inmensa pues podías ver todo a los alrededores, teníamos que iniciar el descenso, se trataba de bajar lo más difícil de día pues en sólo cuatro horas vendría la noche y para que quieres. Por seguridad en la bajada, decidimos hacerlo todos por cuerda rapeleanado, traíamos el equipo para hacerlo y era mucho más conveniente así.

El sistema era seguro pero tardado y la noche nos agarró donde habíamos dejado el agua y comida extra, nos dio gusto el descanso, ahí mismo nos salió la luna, detrás de un risco y también se lo agradecimos, pues sería mucho mas fácil con su luz que aun cuando tenue, en conjunto con las lamparitas, veríamos bien.

Como para las 1 AM de la madrugada, ya estábamos abajo y de la piedra de las pinturas a el campamento base nos tomó dos horas, bueno también era por el cansancio, teníamos 20 horas de esfuerzo continuo y extremo y venia tronado, en cuanto llegué eran las 3 A.M. saqué mis cobijas, me tomé un refresco y caí dormido.

La mañana me llegó como a las 9 AM, pajaritos cantando, la luz tenue del sol subiendo, los compañeros haciendo relajo, no tardamos mucho en desayunar, empacar y subir todo al autobús de aventura pantera para salir rumbo a “La Concha”.

Llegamos en poco tiempo después de algunos contratiempos y apenas había metido el freno de mano del camión cuando todos se fueron apresuradamente a echarse a la excelente agua del balneario. Si no lo conecen se los recomiendo, el agua tiene una temperatura excelente y una pureza absoluta. Por ahi nos vemos.

LOS CANTEROS DE DURANGO


LOS CANTEROS DE DURANGO.

En todo el mundo el uso de la piedra para construcciones tiene antecedentes milenarios, México no es la excepción pues en la era pre-hispánica, se usaba ésta, en la edificación de una infinidad de centros ceremoniales con pirámides y otras estructuras finamente labradas, además de deidades esculpidas con verdadero arte. Al llegar los europeos, estos artistas Indígenas inmediatamente por la falta de mano de obra calificada y muy a pesar de los canteros españoles, pues se abarataba el trabajo, se incorporaron a la construcción de templos, conventos y palacios particulares de los grandes señores de la conquista.

Esta demanda por los canteros mexicanos duró cientos de años, creando verdaderas escuelas de estilo y forma, desde la colonia, pasando por la era porfiriana y se puede decir hasta nuestros días o los “días” de algunos de nosotros, ya que no fue sino hasta la época del vaciado de concreto donde la profesión se cae y sólo se les requiere para labrar lápidas en los panteones y algunos monumentos ornamentales.

Aquí en Durango al igual que en el resto del país, los grandes Maestros de la Piedra tienen su momento de gloria y es así como la escuela de Benigno Montoya y sus sucesores nos dejan verdaderas obras de arte que todavía ahora causan admiración por su talla y trazo.

Pero el conocimiento no muere con ellos y logra perdurar hasta ahora, gracias a escuelas sencillas de tradición rural como la del maestro durangueño Antonio Medina “la Gallina” que con el lema de “la piedra (figura) está adentro, nada más quítenle lo que le sobra” logra dejar varias bandas o grupos de “Pollos”, que ahora gracias a conocimientos pasados de generación en generación por miles de años, están esculpiendo el remozamiento de las fachadas de los edificios en un tiempo notable del centro histórico de nuestra ciudad.
El maestro cantero Uvaldo Escamilla es uno de estos “Pollos” y el trabajo que efectuó en la fachada del edificio de la Dirección de Pensiones en la 20 de Noviembre nos da un ejemplo de su dedicación y arte. Es a la sombra de una lona, en este edificio donde entablo una conversación con él y el Maestro Gerardo Molina de la Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías de la Universidad Juárez de Durango y a través de ésta me voy dando cuenta de todo lo que está atrás de las nuevas fachadas de estos edificios.

Cuando el Capitán Francisco de Ibarra decidió en 1563 fundar la ciudad en este sitio, seguramente además del agua y madera en abundancia que había en él, tomo en cuenta la gran cantidad de piedra de cantera que existía en los cerros de su alrededor pues esta era la materia prima de todas los edificios de antaño. Gracias a ello, ahora 440 y tantos años después, estos mismo cerros y los bancos de cantera de Garabitos, El Conejo o El Pueblito, no de cualquier piedra pero de una cantera con las particularidades necesarias para poder sacarle la forma dentro de ella, brindan sus adentros para la reconstrucción de las fachadas.
El proceso desde su inicio es violento e impetuoso pues los cerros no nada más entregan sus riquezas, sino que hay que literalmente sacárselas a “fregazos” y así con barras de acero, mazos, martillos, picos, talachos y mucho sol, esfuerzo y sudor, cuidadosamente siguiendo la dirección de las vetas, se sacan los bloques de cantera que luego esculpirán los maestros según la vocación de su grano, para instalarse en el lugar apropiado.

Una vez ya con la cantera en la obra sigue el proceso y entra a la escena el maestro cantero. Labrar la roca es un arte, requiere de la coordinación perfecta de todo el ser, la herramienta y la misma piedra en si, el maestro sigue sus enseñanzas e intuiciones y el bloque de cantera poco a poco le va dando pequeñas satisfacciones hasta brindar lo que en un principio se imaginó, ya fuera intricado o sencillo. La comunión del maestro con la piedra es intensa y el carácter de fría e insensible que se le suele dar a la misma adquiere otro matiz y se vuelve candente, apasionada, una obra de arte.

Son muchos los canteros y aprendices que están participando en el remozamiento del Centro Histórico y sin poder llamarlos a todos por su nombre nos gustaría en un pequeño homenaje a su trabajo nombrar a algunos en su representación, como Martín Escamilla, Crispín Escamilla, Martín Chávez, Vicente Arias, Gerardo López “el Yiyo”, Andrés López “El Zarco”, Rubén Castillo, Miguel Salcido, Simón Salcido, Juan Adrián Vallejo, Francisco Villa, Felipe Villa y otros que integrando bandas como los “Burros” , “Los Pollos”, “Los Villa” y “Los Alarcón”, en un acto casi de magia nos han rescatado del pasado, un futuro.

Así que ahora, cuando visiten nuestro Centro Histórico y admiren las nuevas fachadas, recuerden el trabajo de éstos, los maestros canteros de Durango y su arte.

ATRACTIVOS PARA VISITAR EN SEMANA SANTA


ATRACTIVOS PARA VISITAR EN SEMANA SANTA.

Con motivo de semana santa con toda seguridad nos visitarán algunos amigos, familiares y de plano turistas que vienen a ver nuestra ciudad y sus alrededores. A todos les damos la bienvenida y les sugerimos que acudan a los atractivos turísticos que con mucho gusto se ofrecen, el centro histórico de la ciudad, sus museos, Parque temático Villa del Oeste, algunos parajes cercanos y los servicios de hospedaje y gastronomía que en cada lugar puedes probar. Durango es una ciudad tranquila y segura donde podrás disfrutar de unas vacaciones inolvidables.

CATEDRAL BASÍLICA MENOR
Sin lugar a dudas la construcción más importante de Durango y el noroeste de México. Producto de un esfuerzo de más de 200 años que duró su edificación, la catedral por su belleza es el ícono durangueño más importante que tenemos, en su interior encontramos verdaderas joyas eclesiásticas como el coro de 25 sillas altas y 18 bajas talladas en madera de caoba estofadas y policromadas, sus dos órganos del siglo XVII y XVIII, y muchas más.

LAS ALAMEDAS
No hay mejor lugar para caminar y meditar en Durango que la avenida de grandes álamos plantados hace 221 años como regalo a la ciudadanía por el Teniente Coronel Juan de Velásquez, un presente que aun disfrutamos.

TEMPLO DE SANTA ANA
Situado en 1738, en las afueras de la ciudad, este templo considerado de monjas en combinación con el Jardín Hidalgo y el Museo de las Culturas Populares, se conjugan en uno de los rincones más bonitos de Durango.

TEMPLO DE SAN JUAN BAUTISTA DE ANALCO
Su virgen de Loreto, patrona contra todas las calamidades fue la más popular de Durango desde 1778, sin embargo, en este pueblo de Indios fue fundada una Misión Franciscana en 1558, cinco años antes de la fundación de la ciudad.

PALACIO DE ZAMBRANO
Edificado como casa habitación del rico potentado Don Juan José de Zambrano, esta casona colonial ahora sede del Gobierno Estatal, está decorada en su interior con increíbles murales de Fco. Montoya de la Cruz y Manuel Guillermo de Lourdes y Sandoval.

SITIO ARQUEOLÓGICO DE FERRERIA

Con la pirámide más al norte de México, este sitio de la Cultura Chalchihuita rama Guadiana ( 875 a 1400 dc.), nos enseña algunos rasgos de la vida de los Indígenas antes que vinieran los europeos. Además cuenta con un interesante museo.

NOMBRE DE DIOS
A sólo 50 km. de la ciudad por la carretera no. 45, este poblado rico en tradiciones fue la puerta por donde la conquista entró a todo el Norte de América. El mismo cuenta con iglesias del siglo XVII y unas gorditas exquisitas.

LAS PRESAS
Para las actividades en el agua, tenemos tres presas perfectas para esto, la Guadalupe Victoria y la Santiago Bayacora al sur de la ciudad y en el norte la presa Peña del Águila, a sólo 27 km. de la Plaza de Armas.

Todos estos atractivos son nada más una probadita de lo mucho que se tiene en Durango, te invitamos a visitar estos lugares, pregunta en tu hotel o en la Dirección de Turismo por folletos o indicaciones de cómo llegar a ellos.

ESCUELA DE PINTURA, ESCULTURA Y ARTESANIAS DE LA UJED


ESCUELA DE PINTURA, ESCULTURA Y ARTESANIAS DE LA UJED.

Indiscutiblemente cada día que pasa aprende uno algo y en verdad que la visita que por suerte di a la Escuela de Pintura de Durango como algunos la conocemos fue toda una agradable sorpresa y emocionante paseo.

Aunque algo apresurada la decisión de visitar la escuela, debido a que habíamos estado platicando de la artesanía de Durango y de lo que se puede hacer en la ciudad, pensé en darme una vuelta por ahí. Como en verdad yo no tengo nada de artista, nunca se me había ocurrido pasar por estos lugares, pero me alegro de haberlo hecho. La primera sorpresa es que todas las personas que me atendieron fueron atentas y amables y esto ahora en día, con las presiones a las que está expuesta la gente, no es muy común. Con mucho gusto me pasaron a la dirección y después de presentarme y explicar el motivo de mi visita, el Lic. José Candelario Vázquez Moreno, actual Director de la Escuela, enseguida llamó a la Laboratorista Sandra Rodelo Azdar quien cortesmente me guió por la misma.

Iniciamos por el Taller de Vidrio Soplado, motivo principal de mi visita, un lugar amplio con dos o tres hornos y un calor impresionante; de cómo llegó el vidrio desde Egipto a través de miles de años hasta nuestras tierras es otra historia, pero como se lo podrán imaginar de Cataluña España de alguna manera llega en 1542 a Puebla y no es sino hasta 1889 que surge el primer vidriero mexicano Camilo Ávalos Razo, que junto con sus cinco hijos, unos dicen que tres, deja toda una dinastía y escuela que todavía perdura. En el taller que inician entre otros David Vargas y Guadalupe Herrera hace más de treinta años, estaban trabajando Carlos Herrera, Alejandro Serrano, Isidro Herrera y David Vargas hijo.

El proceso aunque pareciera sencillo, se trata de calentar una masa de vidrio (carbonato de sodio o sosa, cal y arena sílice) a cuando menos 1200 grados en un horno de gas y ladrillo refractario, del cual con una “caña” hueca de fierro sacan algo del material y a través de estirarlo, girarlo, aplanarlo y soplarlo crean en una interacción entre cerebro, ojos, manos, caña, pinzas, agua y vidrio al rojo vivo; resultando una cantidad ilimitada de copas, jarras, y botellas, verdaderas obras de arte (creánme, trabajo duro).
Una vez formada la pieza se pone a templar más de 10 horas en un horno a 600 grados. Pero esto no es todo, ya totalmente fría la jarra o lo que sea, se pasa al Taller de Decoración, donde con esmaltes especiales que incluyen oro, si, leyó usted bien, oro, las manos y carácter femeninas de Agustina Pérez Herrera, Cecilia Fernández Pérez y por otro lado Tomaza Reyes Ortiz y María Tomaza García Hernández “las Tommys” entre risa, risa y plática y plática, decoran pieza por pieza a pincel con un diseño original y diferente cada vez. Tienen 30 años haciéndolo. Me pareció increíble.

Todavía medio aturdido, una por el calor y otra por todo este arte y esfuerzo dedicado que acababa de atestiguar, me invita la Maestra Sandra a seguirla ya que aun hay más. Pues ha caray, yo nada mas venia a ver lo del vidrio soplado pero bueno, diligentemente continuamos y llegamos al Taller de Textiles. Aquí los Maestros Jesús Ornela y Maria Francisca Gallegos también con treinta años de antigüedad, han estado enseñando a jóvenes el arte del tejido en telar y a mano de morrales, cobijas, jorongos y otros, hechos con pura lana teñida de alegres colores. Por si se les ofrece, las piezas las puede uno pedir por encargo.

Seguimos nuestro camino y pasamos por el Taller de Cerámica donde estaban en clase y después de tomar algunas fotos, nos salimos para no interrumpirla, según me informaron después, ahí trabajan la Maestra Georgina Deras y otros compañeros que no menciono por lo reducido del espacio.

Seguimos al Taller de Fundición Artística a cargo del Maestro Gerardo Molina de donde salió el General Francisco Villa que está al inicio del Boulevar del mismo nombre que sale rumbo a Torreón. Esta hermosa obra del Maestro Francisco Montoya que pesa cuando menos tonelada y media, fue trabajada en su totalidad en este taller y como dato curioso cuando la hicieron y soldaron todas las partes, Villa no pasaba por la puerta y se tuvo que tirar un lado del edificio para poder sacarlo de ahí. Esto fue por allá en el 74. Ahora se está trabajando una obra del primer Presidente de México: Guadalupe Victoria oriundo de Durango, que se va a dar como regalo a la Universidad de Chile. Qué bien.

Ya era tarde y podía sentir algo de urgencia en la Laboratorista Sandra pero ya no nos podíamos hacer para atrás ni ella ni yo, así que continuamos el recorrido que nos llevó al Taller de Tintorería donde María Amada (Amadita) Vázquez Moreno, Agustín Torres y Saúl Cuauhtémoc Castañeda, lavan, cardan, hilan y tiñen la lana de borrego que viene de la sierra principalmente y que usan en el taller de Textiles. Una maquinita medio chistosa los ayuda a cardar la lana, pero todo lo demás es hecho a mano con un resultado excelente.

Ahora nada más nos quedaba el Taller de Vitrales, lo dirigen Arturo Orozco y Víctor Gómez mismos que sacaron una copia del boletín y me dio mucho gusto, aquí están trabajando un producto nuevo que llaman Vidrio Fusionado muy suave y vimos algunas muestras muy bonitas, además admiramos el trabajo de un estudiante muy artístico. En la edad media los vitrales de las iglesias le dieron un impulso a la industria del vidrio en toda Europa.

Regresamos a la oficina, para platicar con el Lic. Vázquez Moreno del gran esfuerzo que hace la Escuela para promover las Artes, que se cuenta con una Licenciatura de Artes Visuales de 4 años y medio, una carrera técnica, además de cursos libres, técnicos y de artesanos, y de un proyecto muy bien pensado, que tienen para el área del Pueblito, no es por nada pero se ve el trabajo que se está realizando en la escuela.

También tuvimos la oportunidad de conversar con el Coordinador Académico, Maestro Jesús Manuel Jiménez Valenzuela, quien en una plática mucho más amena que este artículo, me estuvo explicando, como fue que el movimiento que inició el Maestro Francisco Montoya de la Cruz como una clase de dibujo en lo que era el Instituto Juárez en 1952, se cristaliza en 1955 como la Escuela de Pintura, Escultura y Artesanías de la Universidad Juárez del Estado de Durango, un sueño del Maestro vuelto realidad, cumpliendo ahora 50 años de enseñar a jóvenes y adultos las Artes en Durango.


NOMBRE DE DIOS.

Aun cuando al parecer existe algo de confusión en cuanto a la fecha cuando oficialmente se funda la Villa de Nombre de Dios, es indudable que los Franciscanos habían ya poblado “La Villa” mucho antes que se oficializara la misma. Fue fray Jerónimo de Mendoza que en 1555 celebra la primer misa en el Ojo de agua de Berros, frontera entre los Zacatecos y Tepehuanos y después hace su residencia en Nombre de Dios para atender la región del Súchil, Valle de Poanas, y el mismo Ojo de Berros.

El 11 de Enero de 1556, según el Padre Arlegui historiador Franciscano, llegan a solicitud del mismo fraile Jerónimo, tres misioneros a la “Villa”, fraile Pedro de Espinareda, fraile Diego de la Cadena y fraile Jacinto de San Francisco (Fray Cintos), mismos que continuaron la labor de Fraile Jerónimo al regresar éste a España.

Según esto, en 1562 el Capitán Francisco de Ibarra ya como gobernador, para reforzar su autoridad y tratar de terminar con una disputa territorial entre Nueva Galicia y Nueva Vizcaya, misma que no se resuelve hasta 1611, funda la Villa de Nombre de Dios y ésta inicia su historia a travez de 444 años a la fecha después de la “Conquista”.

Esta pintoresca cabecera municipal, está a sólo 58 kilómetros de la ciudad por la carretera 45 rumbo a Zacatecas. La misma ha logrado conservar su aire provincial y pasear por sus calles puede ser una experiencia trascendental en lo que a tranquilidad se refiere. Es increíble como a pesar de que han pasado varios cientos de años, todavía puede uno sentir e imaginar como era la vida en tiempo de la colonia. La mañana siempre es de trabajo en las áreas rurales, y uno puede ver a los Dones pasar a caballo arreando sus vacas y otros saliendo a trabajar la tierra en la labor, unos perros siguiendo a los burros, y otras escenas de bastante colorido.

Las señoras, algunas de negro, rumbo a varias misas pues son cinco las iglesias con que cuenta la “Villa”, empezando por el derruido Templo de San Francisco (primero del norte de México y América con toda seguridad), luego tenemos el Santuario que no es tan antiguo, en la plaza (donde por cierto hay tianguis el Jueves y puedes comprar cajetas , vino de membrillo y otros productos de aquí mismo), está el Templo de San Pedro Apóstol con un león y un castillo en su fachada, clara alusión a las ciudades de León y Castilla en España. Esto es en el que antiguamente era el barrio de los Españoles pues tenemos una calle “La Guarda Raya” que dividía a estos de el barrio de los Indios.

Es precisamente en este otro lado de la “Villa” donde nos encontramos con el Templo de Nuestra Señora de la Natividad “La Hermita” que ha sido atendido desde 1570 por la Cofradía de la Virgen de la Soledad, sus imágenes son del siglo XVI. Luego en lo que fue el barrio de los Indígenas Tarascos que acompañaban a los Conquistadores, está el Templo de Jesús Nazareno, uno de los más antiguos del Estado donde podemos admirar tres arcángeles de madera estofada del siglo XVII, un buen de obras recién expuestas de este mismo siglo, y un increíble lienzo de varios metros cuadrados supuestamente traído de España o del Centro, por un personaje de la época Urajan de Luna: “Las Animas” como se llama el cuadro, está siendo ahora restaurado a un gran costo por la restauradora Begonia Aranzazú Muerza Avendaño por parte del INAH y la manita de tigre que le están dando ha hecho brillar nuevamente a esta obra de autor desconocido, en verdad interesante.

Ya para medio día, ya hizo hambre y las “Gorditas Doña Aleja” en la esquina noreste de la Plaza son un verdadero deleite para el paladar de parroquianos sencillos como su servidor y de los exigentes como varios que conozco. No puedes ir a la “Villa” sin probar las gorditas, y tampoco puedes irte sin catar cuando menos una copita chiquita de Mezcal de alguna de las múltiples vinatas que todavía abundan por los callejones del pueblo. Lo interesante de esto es que además de que inmediatamente sientes sus efectos en la cabeza, (si te echas más de tres, agárrate), es que puedes ver la manera artesanal como se hace el mismo. Francamente algunas de las vinaterías están medio desarregladas por decir algo, pero ya en la salida rumbo a Zacatecas está una que podemos recomendar, pregunten por el Piporrito y si manejan no tomen.

Por esos mismos rumbos está la cestería de Doña Clotilde Domínguez y Don Fidencio Escalante, donde podrán ustedes comprar cestos de todos tamaños y para todo propósito, hechos a mano de carrizo, nada fácil y un trabajo artesanal bien bonito.

Todos los alrededores de Nombre de Dios son muy interesantes y ya estando ahí vale la pena visitarlos, las ruinas de la Hacienda de Juana Guerra y su admirable capilla, la barranca de San Quintín, el Río de Nombre de Dios que contrariamente a lo que se piensa no está contaminado pues su fuente no viene de la ciudad de Durango, los poblados de la Constancia y ojos de agua de Los Berros son lugares de una belleza para admirar y una historia para recordar, convivan con las amigables personas de este bello sitio, y pregunten por la ruta de cómo llegar a todos estos puntos. Así que recuerden, si tienen un tiempecito, no lo pierdan en la nada y salgan a visitar este rincón provincial de nuestro querido Durango.

Aun cuando al parecer existe algo de confusión en cuanto a la fecha cuando oficialmente se funda la Villa de Nombre de Dios, es indudable que los Franciscanos habían ya poblado “La Villa” mucho antes que se oficializara la misma. Fue fray Jerónimo de Mendoza que en 1555 celebra la primer misa en el Ojo de agua de Berros, frontera entre los Zacatecos y Tepehuanos y después hace su residencia en Nombre de Dios para atender la región del Súchil, Valle de Poanas, y el mismo Ojo de Berros.

El 11 de Enero de 1556, según el Padre Arlegui historiador Franciscano, llegan a solicitud del mismo fraile Jerónimo, tres misioneros a la “Villa”, fraile Pedro de Espinareda, fraile Diego de la Cadena y fraile Jacinto de San Francisco (Fray Cintos), mismos que continuaron la labor de Fraile Jerónimo al regresar éste a España.

Según esto, en 1562 el Capitán Francisco de Ibarra ya como gobernador, para reforzar su autoridad y tratar de terminar con una disputa territorial entre Nueva Galicia y Nueva Vizcaya, misma que no se resuelve hasta 1611, funda la Villa de Nombre de Dios y ésta inicia su historia a travez de 444 años a la fecha después de la “Conquista”.

Esta pintoresca cabecera municipal, está a sólo 58 kilómetros de la ciudad por la carretera 45 rumbo a Zacatecas. La misma ha logrado conservar su aire provincial y pasear por sus calles puede ser una experiencia trascendental en lo que a tranquilidad se refiere. Es increíble como a pesar de que han pasado varios cientos de años, todavía puede uno sentir e imaginar como era la vida en tiempo de la colonia. La mañana siempre es de trabajo en las áreas rurales, y uno puede ver a los Dones pasar a caballo arreando sus vacas y otros saliendo a trabajar la tierra en la labor, unos perros siguiendo a los burros, y otras escenas de bastante colorido.

Las señoras, algunas de negro, rumbo a varias misas pues son cinco las iglesias con que cuenta la “Villa”, empezando por el derruido Templo de San Francisco (primero del norte de México y América con toda seguridad), luego tenemos el Santuario que no es tan antiguo, en la plaza (donde por cierto hay tianguis el Jueves y puedes comprar cajetas , vino de membrillo y otros productos de aquí mismo), está el Templo de San Pedro Apóstol con un león y un castillo en su fachada, clara alusión a las ciudades de León y Castilla en España. Esto es en el que antiguamente era el barrio de los Españoles pues tenemos una calle “La Guarda Raya” que dividía a estos de el barrio de los Indios.

Es precisamente en este otro lado de la “Villa” donde nos encontramos con el Templo de Nuestra Señora de la Natividad “La Hermita” que ha sido atendido desde 1570 por la Cofradía de la Virgen de la Soledad, sus imágenes son del siglo XVI. Luego en lo que fue el barrio de los Indígenas Tarascos que acompañaban a los Conquistadores, está el Templo de Jesús Nazareno, uno de los más antiguos del Estado donde podemos admirar tres arcángeles de madera estofada del siglo XVII, un buen de obras recién expuestas de este mismo siglo, y un increíble lienzo de varios metros cuadrados supuestamente traído de España o del Centro, por un personaje de la época Urajan de Luna: “Las Animas” como se llama el cuadro, está siendo ahora restaurado a un gran costo por la restauradora Begonia Aranzazú Muerza Avendaño por parte del INAH y la manita de tigre que le están dando ha hecho brillar nuevamente a esta obra de autor desconocido, en verdad interesante.

Ya para medio día, ya hizo hambre y las “Gorditas Doña Aleja” en la esquina noreste de la Plaza son un verdadero deleite para el paladar de parroquianos sencillos como su servidor y de los exigentes como varios que conozco. No puedes ir a la “Villa” sin probar las gorditas, y tampoco puedes irte sin catar cuando menos una copita chiquita de Mezcal de alguna de las múltiples vinatas que todavía abundan por los callejones del pueblo. Lo interesante de esto es que además de que inmediatamente sientes sus efectos en la cabeza, (si te echas más de tres, agárrate), es que puedes ver la manera artesanal como se hace el mismo. Francamente algunas de las vinaterías están medio desarregladas por decir algo, pero ya en la salida rumbo a Zacatecas está una que podemos recomendar, pregunten por el Piporrito y si manejan no tomen.

Por esos mismos rumbos está la cestería de Doña Clotilde Domínguez y Don Fidencio Escalante, donde podrán ustedes comprar cestos de todos tamaños y para todo propósito, hechos a mano de carrizo, nada fácil y un trabajo artesanal bien bonito.

Todos los alrededores de Nombre de Dios son muy interesantes y ya estando ahí vale la pena visitarlos, las ruinas de la Hacienda de Juana Guerra y su admirable capilla, la barranca de San Quintín, el Río de Nombre de Dios que contrariamente a lo que se piensa no está contaminado pues su fuente no viene de la ciudad de Durango, los poblados de la Constancia y ojos de agua de Los Berros son lugares de una belleza para admirar y una historia para recordar, convivan con las amigables personas de este bello sitio, y pregunten por la ruta de cómo llegar a todos estos puntos. Así que recuerden, si tienen un tiempecito, no lo pierdan en la nada y salgan a visitar este rincón provincial de nuestro querido Durango.

DURANGO, ¿LA TIERRA DEL CINE?


DURANGO, ¿LA TIERRA DEL CINE?.

En el año de 1898 se filma por parte de “Edison” un corto llamado “Un Tren Llegando a Durango” , en 1912, el General Francisco Villa (se puede decir es el primer actor de cine nacido en Durango), al dar permiso y ser protagonista de la filmación por parte de Hollywood de las tomas de Zacatecas, Torreón y Ojinaga por el entonces joven Raúl Wash quién después llegaría a ser un gran director en su país.

En 1954 se localiza próximo a el Pueblito un paraje del Río Tunal, donde se inicia la producción de la 20th Century Fox, “White Feather” (Pluma Blanca) mejor conocida en español como “La Ley del Bravo” con Jack Smith de director y protagonizando: Robert Wagner, Deborah Paget y Jeffery Hunt, actores famosos en sus tiempos.

Desde ahí y por ya más de cincuenta años, tanto productores nacionales como internacionales
han estado buscando los cielos azules, bellezas naturales, y rasgos coloniales de Durango para sus películas. Si bien es cierto, fue en los años 60’s cuando gracias a directores famosos como John Houston, Raoul Walsh, Chano Urueta, Raúl de Anda, George Sherman, Sam Peckinpah y otros, se filmaban en el Estado más de cinco largometrajes al año casi en su totalidad con artistas de renombre como James Coburn, Charlton Heston, Richard Harris, Nick Noltie, Anthony Quinn, Richard Harris, Robert Michum, Rock Hudson y muchísimos otros más.

Probablemente el personaje que más ayudó e impulsó la filmación de películas del género “Western” en Durango fue John Wayne. Este famosísimo actor filmó aquí siete películas. Era tal su admiración por nuestra tierra, que compró un rancho llamado “La Joya” donde produjo las dos últimas de ellas. Fue nombrado Huésped Distinguido por el Ayuntamiento el 8 de junio de 1969 por su generosidad y simpatía hacia la ciudad, misma que debería corresponder a ese cariño con un buen museo sobre este notable personaje.
Aún cuando usted no lo crea, pues ya pasaron unos añitos, era común ver en la calle a estos luminarios de la cinematografía, comprando sus cosas en la tiendas del centro y comiendo en los restaurantes de la ciudad. Dentro de toda esta historia es justo darle su lugar al Motel México Courts ahora Campo México Hotel, pues era aquí donde se hospedaban los artistas, montaban las oficinas e instalaban las producciones.

Si tenías suerte, podías ver en los jardines del hotel, tomando el sol a guapas mujeres como Sonia Furo, Tere Velásquez, Audrey Hepburn, Dolores del Río, Silvia Pinal, la ya morena Isela Vega, Rita Hayworth y otras tantas, mismo que era un deleite darse las vueltas por el Motel, claro, no te dejaban entrar por lo que se trataba de conseguir algún trabajo en la película, ya fuera de chofer, de extra o de doble para recrearse la vista.
En una visita que hicimos al Campo México Hotel, todavía se pueden ver las lozas de concreto donde dejaron su huellas varios artistas y algunas viejas fotografías como testigos de que si estuvieron aquí.
Todas estas películas, más de 130 filmadas en Durango, dejaban sets cinematográficos de varios miles de dólares y en algunos casos como en la película de Paul Newman en 1988 sobre la bomba atómica, el set “Los Alamos” según se dice, costó más de cinco millones sólo la construcción.

Resulta pues medio increíble que nada más queden los sets de Chupaderos (pueblito famoso) y de Villa del Oeste (parque temático y una buena atracción turística).

Ahora si que el dicho de “crea fama y échate a dormir” resultó muy apropiado y es exactamente lo que hicieron los gobiernos de hace varios sexenios, donde en lugar de promover la actividad, se pusieron como siempre a ponerle trabas a las filmaciones pidiendo permisos, cobrando “cuotas” exageradas, creando sindicatos de extras y toda una serie de acciones que rápidamente acabó con la industria del cine en la entidad.

Actualmente, y que bueno, el Gobierno de Ismael Hernández Deras estando consciente de la posibilidad de adelanto y bienestar que puede brindar la cinematografía a Durango, está tratando de promocionar la actividad en diferentes foros inclusive internacionales, logrando algunos de sus objetivos, como el rodamiento de la película “Bandidas”, finalmente próxima a estrenarse en todo México al parecer este 15 de Febrero, pues ya salió en Europa y fue todo un éxito la cinta.

Así pues, no nos queda más que apoyar este esfuerzo y tratar de reunir los recuerdos del ayer y de alguna manera usarlos para promover el futuro. Quizás un buen museo.

LAS AVES DE PARAISO DE SAN DIEGO


LAS AVES DE PARAISO DE SAN DIEGO.

Cuando nos cayó el proyecto de hacer una guía de aves del Desarrollo Eco-turístico de Paraíso de San Diego en el Ejido de Tezains del Municipio de Santiago Papasquiaro, me pareció algo difícil, pero después de pensarlo detenidamente decidimos intentarlo con ayuda bibliográfica y algunas visitas de campo al lugar.

Así pues, entrado el otoño me dirigí al sitio del Desarrollo, donde por cierto cuentan con unas excelentes cabañas, con la idea de estarme algunos días y ver que aves podía observar.

En la mayoría de las actividades de deporte extremo y montaña, lo mejor es ir acompañado por si acaso tienes un accidente, pero en lo que es observación de fauna y claro avi-fauna, a mi parecer es mejor ir solo para poder ir más callado y totalmente a tu paso sin presión de tus acompañantes.

Como el recorrido por el ejido lo iba a hacer a pie, traté de escoger el equipo a llevar lo más ligero posible, ya que en junio pasado me había dado hepatitis A y con eso del reposo estaba totalmente fuera de condición física y más me valía ir sin mucho peso. La mochila, bolsa para dormir, tapete de espuma comprimida, binoculares, una guía de aves de Edward’s, el GPS, una brújula, mapa, lámpara de mano, navaja, cerillos, chamarra, lentes, cámara de fotografía, taza, plato, cuchara, café, azúcar, sopas maruchan (efectivas), atún, avena, tortillas de harina, barras de energía, vitaminas, kreatina, y mi “camelback” o bolsa de agua con capacidad de dos litros y medio y ya era demasiado.

Todavía obscura la mañana, salí caminando río abajo (Río San Gregorio) despacito oyendo a los pajaritos cantar pero sin poder verlos todavía, iba caminando por la vereda interpretativa que lleva a una cascada muy bonita y que es parte del proyecto, bien arreglada con miradores, señalamientos e información alusiva a la fauna y flora del lugar.

Por ahí de repente vi unos chichimocos, animalitos bien curiosos y conocidos, pues quién no ha visto las caricaturas donde hacen renegar al Pato Donald y mil travesuras más.Empecé a ver bien en donde se junta el arroyo del Cajón con el río. Adelante está la cascada muy bonita, pero mas en el verano cuando el río va grande es todo un espectáculo. Ahí en el lado de arriba de la misma vi a un bucerito americano, ave gris medio negra que como su nombre lo indica, se la pasa vacilando en las tinajas del arroyo haciendo pequeños buceos y corriendo los rápidos tras su comida.

Estuve un rato viendo al bucerito y el paisaje de la quebrada de San Gregorio, los pinos , gigantescos encinos, los rojos madroños, cielo azul, qué hermoso mundo nos hizo el Creador y aun cuando lo hemos tratado mal contaminándolo, extinguiendo especies y abusando de sus recursos naturales todavía su esplendor es maravilloso y digno de conservarse.

Todo hasta este momento había estado excelente, pero ahora tenía que subir por una vereda empinada y la carga de mi mochila se hizo sentir. Que horrible es estar en malas condiciones físicas, el esfuerzo de subir me hacia jalar aire como si fueran mis últimos respiros y por mi mente pasaron varias escenas no muy agradables. Lo único que distrajo mi mente del dolor y la humillación por la que la montaña me hacía pasar fueron unos pequeños Carboneros (no se porque se llaman así) que siempre andan en parvada con otras aves chiquitas.

Estos pajarillos se la pasan espulgando los árboles como si les pagaran por ello, quizás tengan algún convenio con los mismos.Luego ya casi para llegar a la primer cima, entre el matorral denso de encinos jóvenes, oí un medio “CHICK” muy peculiar y localicé a un carpintero que le llaman “velloso”, que empezó a clavar su pico en un pino seco, según dicen los que saben, que este puede almacenar de esta manera varios miles de bellotas, las que se come durante el invierno. El carpintero siguió su camino con una facilidad realmente envidiable y yo seguí pujando para llegar a un cordón de pura piedra que hacía una cima intermedia como a 2,500mts. Después de tomar varias fotos en el pico de piedra continué hacia arriba otros 200 mts. más o menos según mi reloj, viendo diferentes aves por el camino, a estas las identificaba según la guía y las apuntaba en mi libreta.

También iba revisando los puntos de referencia del GPS (Sistema de Posicionamiento Global) que por medio de varios satélites, te da tu posición en la tierra en referencia a ellos, y claro un instrumento muy útil, especialmente cuando no conoces el camino como ahora y de antemano había fijado unos rumbos a donde quería ir en el predio.

Comí en el bosque donde irónicamente, estaba una estufa abandonada y seguí mis observaciones por varios kilómetros subiendo y bajando por las veredas y caminos, hasta ya tarde, cuando encontré un buen lugar para acampar. Tenía mucha leña y luego luego hice una fogata pues hacía bastante frío y puse en mi taza agua a calentar para un café. Hasta ahora había tomado muy poca agua pues tenía varios meses de no llover en la sierra y todos los arroyos de arriba estaban secos, así que no había podido recargar agua y sólo tenía como un litro para el desayuno y regreso al día siguiente.

Cené con luz del día, y estaba apenas acomodándome en el “sleeping” cuando se oyó un medio grito medio rugido que me puso los pocos pelos que tengo de punta, en realidad nunca había oído nada semejante y no sabía si el ruido era de ave o de bestia, pero me dejó un tiempo alerta a ver que más se escuchaba pero después de un rato y con lo cansado que andaba finalmente me dormí muy agusto.

Muy temprano el frío de la mañana me despertó, desayuné una avenita que nunca debe faltar y una taza de café para agarrar fuerza, empaqué mis cosas y emprendí el regreso al campamento. La ruta que seguí de regreso la escogí porque abajo podría encontrar agua pero era mucho más agreste que la subida y la mochila a cada rato con su peso me quería tumbar, así que entre tropezadas y resbaladas en las hojas secas, llegué al arroyo sudando grueso con la bienvenida de un charquito de agua fresca donde tomé toda la que pude.

Claro, había visto varias especies en el camino, un Toqui pinto, un Azulejo garganta canela y otros muchos más que forman parte del repertorio de diversidad que tiene el bosque. Caminando por el lecho del arroyo seco lo que más me impresionó fueron los colores de otoño de los árboles, unos tonos desde el amarillo limón claro, hasta unos naranjas y rojos subido bien intensos.

Toda esta belleza para admirar y la mayoría de la gente ni siquiera sabe que existe. No vemos mas que las banquetas, calles, telarañas de alambres en el cielo, edificios por doquier, basura a montones, y aquí en un sencillo arroyo de la sierra sin pretensión alguna se exhibe todo un espectáculo de colores donde raramente pasa alguien para verlos.

Entre más me acercaba al campamento más despacio caminaba pues no quería dejar la soledad de la montaña, este es un sentimiento bastante agradable que te deja poner las cosas de tu mente en orden, jerarquizando lo más importante y desechando toda una gama de valores falsos que no hacen nada más que confundirte. Es cierto, la verdad siempre está frente a tí, todo lo que tienes que hacer es aceptarla.

De regreso ya con los compañeros, nos fuimos platicando de fantasmas y puras bobadas, pero a mí, aunque un poquillo melancólico, no se me quitó la sonrisa de la cara en todo el camino.

viernes, 5 de febrero de 2010

Comercial censurado por el gobierno de mexico

RECORRIDO POR EL CENTRO HISTÓRICO COLONIAL


RECORRIDO POR EL CENTRO HISTÓRICO.

Aún cuando en ocasiones el invierno por sus días más cortos y nublados suele medio deprimirnos, su aire limpio y fresco sin embargo es vigorizante y se antoja salir a caminar por la ciudad y gozar de su centro histórico con toda la familia e invitados de fuera.
Es necesario tener algo de tiempo, unas cuatro o cinco horas, y andar en ropa cómoda, buenos zapatos para caminar como tenis o en lo que te sientas más agusto.

Por lógica usualmente inicia uno el recorrido en la hermosa Plaza de Armas(1) cruzando la Avenida 20 de Noviembre para visitar la Catedral(2) de estilo barroco salomónico con sus torres escalonadas de tres cuerpos, pero además de sus importantes rasgos arquitectónicos, ésta tiene una historia muy interesante de cuando se construyó.
Imagínense un pueblito de menos de quinientas personas en 1571 con una modesta parroquia dedicada a San Mateo tratando de conseguir el obispado para Durango, logrando éste en 1618 y dos años después se ordena la construcción de la Catedral ahora en honor de la Asunción de la Virgen. Aproximadamente doscientos años de muchísimos problemas económicos, arquitectónicos, de personal, de salud y muchos otros pasaron hasta que en 1770 se considera terminada la obra y se puede decir que la catedral tendría el aspecto con el cual la vemos ahora. ¿Cómo logró esa gente tan magnífica obra?... para mí, todavía es un misterio.

Durango cuenta con cientos de edificios de época pero necesitaríamos varios días para recorrerlos todos, así que para abreviar y conocer la historia del Estado nos seguimos por la calle Juárez, una cuadra dando vuelta a la derecha en Aquiles Serdán, otra cuadra corta hasta llegar al magnífico Museo del Aguacate o Regional de Durango UJED(3). Aquí en la casa estilo francés del que fuera Ilustre en un tiempo Gobernador del Estado Lic. Francisco Gómez Palacio, podemos tomar una visita guiada donde podremos vivir los momentos históricos más importantes del Estado a través de sus 996 piezas.

Salimos del museo a la derecha por la calle Victoria, dos cuadras hacia el Palacio Municipal(4) construido en 1898, copia de un hotel francés pero como casa particular del acaudalado comerciante y político durangueño Lic. Pedro Escárzaga Corral. En su interior podemos admirar un mural realizado por acuerdo del Municipio en 1950 pintado por el Maestro J.F. Montoya de la Cruz, al cual le falta algo de iluminación pero está muy interesante.

Continuamos por la calle Victoria y al llegar a la calle 5 de Feb. damos vuelta a la izquierda por una cuadra para visitar el Banamex que está en la esquina con Madero llamado el Palacio del Conde de Súchil(5), residencia de Don José del Campo Soberón y Larrea construído en 1777, siendo un edificio en verdad singular en todo el país.
Regresamos sobre la calle 5 de Febrero siguiendo la dirección del tráfico y como me imagino que ya vamos algo cansados nos metemos al restaurante Zocabón que está en la esquina con la calle Juárez. Aquí podemos tomar un refresco o de plano un lonchecito para recobrar las fuerzas. Este edificio llamado de las Tres Rosas(6) fue el primer edificio afrancesado de la ciudad.

Aquí en este tramo del recorrido podemos ver los edificios de fachadas reconstruidas que verdaderamente le han devuelto su carácter al centro histórico de la ciudad, éste es un programa de gobierno en donde reafirman su credibilidad pues la verdad nunca me imaginé que fuera a ser algo tan bien hecho, además en esta esquina se encuentra también el Palacio de las Lágrimas(7) llamado así por unas señoritas que al vender el edificio lloraron su pérdida y es aquí donde literalmente se funda la ciudad y proyecta el trazo de la misma en 1563.
Continuamos por la calle 5 de Febrero a un costado de la Plaza de Armas para voltear a la izquierda en la calle Constitución y visitar el Colegio Jesuita ahora el edificio Central de la Universidad Juárez del Estado(8), construido a finales del siglo XVIII, fue donde los Jesuitas educaban a la juventud del reino.
Regresamos otra vez a la calle de 5 de Febrero y volteando a la izquierda a una cuadra llegamos al Palacio de Zambrano(9) ahora Gobierno Estatal. Este verdadero palacio perteneció al rico minero Don Juan José de Zambrano, fue construido a finales del siglo XVIII y refleja la opulencia de una época en la historia de Durango. En su interior podemos admirar los murales de los maestros Francisco Montoya de la Cruz y Manuel Guillermo de Lourdes y Sandoval.
La Plaza IV Centenario(10) enfrente del Palacio, se inauguró para conmemorar los 400 años de la ciudad de Durango hace ya 42 años, increíble.

Continuamos a la izquierda del Palacio para seguir la calle Bruno Martínez y pasar por el Teatro Victoria(11), parte del Palacio de Zambrano.

Seguimos derecho para llegar al Teatro Ricardo Castro (12) donde se recibió al Papa Juan Pablo II en 1990. En su interior, la talla de madera de cedro es del escultor Manuel Soria Quiñónez y los grandes murales de la sala principal los realizó el escenográfo Octavio Rios.
Aquí terminamos nuestro recorrido, todavía hay mucho que ver pero estamos exhaustos, para reponernos así como rápido, nos podemos ir al hotel Casablanca y comer en su excelente restaurante donde el menú del día siempre promete agradables experiencias gastronómicas.

Les recomendamos hacer este tour con un guía especializado que te puede platicar más detalles de la historia de Durango, haz tu reservación con un día de anticipación a los teléfonos:
8 261613 y 8260623.

Durango en Navidad


LA CIUDAD SE VISTE DE NAVIDAD.

La referencia más antigua que tenemos de la celebración del nacimiento del Niño Jesús nos viene desde el año de 354 d.C. en Roma, donde los cristianos celebraban ya la Navidad (corto de Natividad que viene de Nativitas latín que significa nacimiento) sustituyendo algunos ritos paganos como el festival de Saturnalia en honor al dios Saturno que se festejaba del 17 al 24 de Diciembre.

De Europa también nos viene la costumbre de poner los nacimientos ya que en el año de 1223 San Francisco de Asis invitó a los campesinos y frailes de un pequeño pueblito Romano llamado Greccio, a construir una casita de paja con su portal y pesebre en medio del bosque y actuar una escena viviente del nacimiento del Niño Dios la noche del 24 de Diciembre. La costumbre fue muy bien acogida y en muy poco tiempo se difundió por toda Europa. Fue en Nápoles Italia donde se monta el primer Nacimiento hecho de figuras de barro.

Aquí en México, aun cuando los Indígenas mexicanos celebraban la llegada de Huitzilopochtli Dios de la Guerra en el mes Panquetzaliztli, periodo que corresponde del 7 al 26 de diciembre de nuestro calendario, no fue sino hasta la llegada de los Españoles y la conversión de los Indígenas al Cristianismo, que según el Códice Franciscano en el año de 1528 se celebró la Navidad en lugar del rito autóctono.

Las posadas, increíble convivio en el cual participamos, también se inician un tiempo después en 1587 donde en el pueblo de San Agustín Acolman cercano a la ahora ciudad de México, establecen la costumbre los monjes Agustinos, y así con sus misas se celebró la Navidad en México por varios cientos de años.

Según dicen en 1920 llega la costumbre germana de poner arbolito de navidad a México y ya para los 1940 se habían introducido otras tradiciones extranjeras como Santa Claus. Este tiene orígenes algo confusos que se remontan a San Nicolás que algunos creen vivió en los años 280 d.C. en Patara de lo que ahora es Turquía, pero el Santa Claus al estilo americano más bien se presenta en Nueva York por el año de 1809 donde se mezcla este último, al Sinterklass de los holandeses neoyorquinos y un Santa Claus personaje de un poema por Clement Clark Moore y una caricatura de Thomas Nast en 1822. Claro que Santa luego se materializa y se va a vivir al polo norte y desde allá les trae sus regalos a los niños. De los Reyes Magos en Enero platicamos.

Por lo pronto sea cual sea la manera en que cada quien celebramos navidad, habrá que ponerle atención al mensaje de amor y tolerancia hacia nuestros semejantes que ésta pregona.

La ciudad ya está lista, se ha vestido de fiesta brillando con sus luces su espíritu navideño. En el Parque Guadiana se montó un espectacular Nacimiento y demás motivos de la temporada de-
cembrina que bien valen la pena visitar con toda la familia. Además los principales edificios y avenidas de la ciudad están decoradas y en la noche es un placer pasear por ella.

Nosotros todos los de Durango Turístico queremos aprovechar este espacio para desearles una muy feliz Navidad, que les traigan muchos regalos, y un próspero año nuevo en el que se les concedan todos sus deseos y propósitos.

EL ARROYO DE PASO RESBALOSO MEXIQUILLO


EL ARROYO DE PASO RESBALOSO MEXIQUILLO.

Dentro de las actividades que nos hemos impuesto la Asociación de Operadores Turísticos del Estado de Durango, están las de capacitación, y este fin de semana a invitación nuestra y con el patrocinio del Fideicomiso para el Impuesto del Hospedaje nos visitó Javier Vargas por parte del grupo explorador de la UNAM y socio activo de la Fundación Vida para el Bosque A.C., a darnos un curso de rapel avanzado y a la vez armar una ruta de Barranquismo o “Canyonning” en el arroyo de Paso Resbaloso parte del conocido paraje de Mexiquillo.

Todo empezó según lo habíamos planeado, el sábado Javier nos impartió algo de teoría y algunas prácticas y nudos necesarios para cambiar de cuerda o dirección y el domingo muy temprano en la mañana nos fuimos a Mexiquillo para hacer la ruta, íbamos en el autobús de Aventura Pantera pero una vez en el sitio le pedimos a unos amigos un aventón en camioneta al sitio donde está la primera cascada del arroyo, no muy lejos de donde están las cabañas del lugar.
Iniciamos algo tarde como a las once de la mañana, taladrando unos pequeños agujeros en la roca mas apropiada para dejar unas plaquetas permanentes de donde podríamos hacer los amarres con más facilidad en adelante y de esa manera dejar ya el camino hecho por decir algo; de todas formas bajamos el primer descenso de como 15 mts. sin problemas disfrutando de aquel paisaje delicioso.

El próximo brinco que estaba a solo unos pasos nos agarró de sorpresa pero lo consideramos normal, instalamos las plaquitas e hicimos el amarre y también lo descendimos. Cabe mencionar que para hacer este deporte se necesita algo de equipo especial como un arnés y varios aditamentos como un “ocho” o una “marimba”, fierros que usa uno para descender por la cuerda, otros para ascender en caso de necesitarlo, además se supone que va uno vestido con un traje de neopreno como los buzos ya sea de tres cuartos o completo para mitigar lo friísimo del agua de la sierra, una mochila para llevar el lunch, y ropa seca, etc. Ya todo junto hace algo de peso y no va uno precisamente muy campante como decían antes, en fin, seguimos bajando por el arroyo y con nosotros también bajaba el sol y fue por ahí como a las cinco de la tarde y unos cinco saltos grandes y un buen de chicos, que nos dimos cuenta que se estaba haciendo tarde y podíamos no alcanzar a salir ese día del arroyo. El sol como sucede siempre se metió cuando más lo necesitábamos, pues bajamos el brinco más alto como de unos cincuenta metros, con el agravante de caer en una charca onda, de la cual tenias que salir nadando y déjenme decirles que con todo y neopreno lo frío del agua estaba canijísimo y los que no traían los trajes pues para que les cuento.
La técnica era mas o menos fácil, iniciabas tu descenso con la mochila colgando por un lado y antes de caer al agua la echabas por aquello de que no flotara, y si flotaba pues entonces la usabas para ayudarte a salir del charco. Suena sencillo pero salías titiritando de frío y ya cual sol para calentarte, así que fue entonces cuando se nos prendieron todos los focos de alarma, los focos internos claro. Se nos había hecho de noche y tuvimos que seguir el camino con las lamparitas de mano, en este caso de cabeza pues te las pones en el casco, y si de día estaba aquello medio medio, de noche estaba medio y tres cuartos.

Llegamos a donde se juntan los arroyos de Paso Resbaloso y Mexiquillo mas o menos a los ocho de la noche y decidimos lonchar lo que traíamos de comer y descansar un poco pues el día había estado tan divertido y agitado que ni para comer habíamos parado. En ese momento la luna comenzó a verse en el cielo y a iluminar un poco el bosque y empezamos a buscar una vereda que subiera los quinientos metros que bajamos durante el día, cosa que no fue fácil. Estuvimos subiendo un buen rato con muchísima dificultad pues los lados del cañón están empinadísimos y la maleza muy tupida, en veces agarrabas para ayudarte a subir ramas o zacates pero algunas de ellas era como cactáceas con espinas que te dejaban las manos todas espinadas.

En fin, subimos unos 250 metros y ya eran las doce de la noche, estábamos agotados al máximo y decidimos quedarnos la noche. No iba ser una acampada sencilla, no traíamos ya que comer, no teníamos agua, algunos traían ropa seca los demás no, claro ni hablar de chamarras, bolsa de dormir o cobijas. No teníamos otra más que hacer una buena lumbre que como a las cuatro de la mañana se hizo dos pues el frío de la sierra ya nos traía en jaque y a esperar el amanecer.

Al fin salió el sol, nos calentó un poquito, sorprendentemente todos los de Tierra Norte Aventura, Canoa Aventura, Aventura Pantera, y el instructor Javier continuábamos de buen humor y ahora sí, de día, salimos buscando la vereda y regresar del cerro.

No puedo decir que fue simple, nos fuimos siguiendo vereditas de venados y jabalís hasta que como aquello de las diez de la mañana, hicimos una tanda de lo que nos quedaba de comida, una barra de chocolate, un polvo de proteína, unas barritas Bimbo y desayunamos los ocho, después continuamos hacia arriba y finalmente llegamos a las cabañas a las doce del día. No dijimos nada, nos subimos al autobús y conduje hasta el restaurante de una doña, donde comimos la cena, el desayuno y la comida de una. Se logró el propósito, dejamos una ruta de cañonismo nueva armada, tomamos el curso de rapel avanzado, y como pilón, uno de sobrevivencia en la sierra. Un buen fin de semana.

FIESTA DE MUERTOS EN DURANGO


FIESTA DE MUERTOS EN DURANGO.

Entre las festividades de fin de cosecha o de equinoccio de otoño está la del culto a los muertos, costumbre medio pagana que nos viene de varios pueblos a través del mundo como los Céltas con su ‘Samhain’, los egipcios con su ritual del libro de los muertos, los chinos y sus rituales de ofrendas, los anglosajones con su “All Hallows Eve “ eventualmente Hallowen, etc.

En México, fue durante la conquista donde los religiosos para acabar con los ritos indígenas, deciden amalgamar la costumbre Mexica llamada Tzompantli, donde se le ofrecen varias ofrendas a los muertos para poder hacer el viaje al reino de la muerte y la costumbre romano cristiana del día de “todas las Almas”, que nos viene del siglo X donde el abad de Cluny Francia, San Odilio, dispone el 2 de Noviembre como el día para recordar a los muertos. Es así pues como nace lo que ahora celebramos nosotros en el día de los muertos.

Son varias las maneras en que se celebra este día y aun cuando de lo que se trata, es de recordar a nuestro seres queridos que ya no están con nosotros que ya murieron, en nuestro país el rico carácter y variedad de nuestra cultura, ha enriquecido la celebración de tal forma, que se ha transformado en todo un culto a los muertos, que ya es famoso en todo el mundo.

Es principalmente en el centro del país donde en la noche del primero de noviembre y en algunos lugares como Tamazunchale , San Luis Potosí desde el 31 de Octubre, se visita en el cementerio la tumba del ser querido, llevando las ofrendas que usualmente se componen de comida, veladoras, un buen tequila, flores y algún regalo en especial para el gusto del difunto, donde se pasa gran parte de la noche acompañando a este que regresa de donde anda.

Además se monta un altar, costumbre también del centro de México que ahora se ve mucho más que antes en Durango, donde se ofrece comida y bebida para compartir con el muerto, se decora lo más alegre posible con colores vivos como el amarillo de la flor de Tzempasúchil, los morados, naranjas, verdes y otros en forma de papel picado, artesanía del pueblo de San Salvador Huixcolotla , veladoras formando una cruz apuntando a los cuatro puntos cardinales, frutas, moles, tequila, las calaveritas de azúcar con el nombre del difunto y claro no puede faltar el pan de Muerto, ingrediente universal de todas las ofrendas a los muertos en el mundo.

Uno de los aspectos más sobresalientes de nuestro culto, es mofarse de la muerte y pretender que no le tenemos miedo, satirizándola irónicamente de todas las formas posibles, con “calaveras” de versos chistosos, costumbre que al parecer inicia en un diario llamado “la Madre Matiana” publicado en Guadalajara, donde en Noviembre de cada año ofrecía “Calaveras” de políticos y gente prominente para burlarse ingeniosamente de ellos y su muerte. Los primeros dibujos de la muerte usualmente cómicos que acompañan a estos versos aparecieron en 1872 y fueron creados por el litógrafo Santiago Hernández, pero fue en realidad José Guadalupe Posada, el que logra hacer de estas caricaturas de la “flaca” una verdadera costumbre.

Este año fueron varios los altares que se montaron en nuestra ciudad, destacando el de la Plaza de Armas, acertadamente dedicado a el Papa Juan Pablo II, indiscutiblemente la persona más importante que jamás haya visitado nuestra tierra.

Y así con estos renglones, trato de explicar costumbres, que si bien ahora nuestras, del mundo tiene sus muestras. La verdad es que de muertes, lo mejor es ignorarles, pues cuando te le emparejas, la bailas, auque no quieras, es mejor recomendarles, a nuestros queridos lectores, que no es lo mismo vacas flacas, que andar de coquetos con las “flacas”.