Segunda parte.
Julio 8
Como tronco, posiblemente le quede corto el dicho, a la manera en que caí dormido la noche anterior, pero la verdad era que los 139 kilómetros del primer día me agotaron en serio, sin embargo el amanecer en el bosquecillo de encinos, pajaritos cantando y un buen desayuno nos energizaron bastante para nuevamente agarrar el camino.
Nos tomamos el descanso de medio día en “Las Albercas” un balneario local bastante folklórico no muy lejos de Namaquipa un pueblito antiguo de orígenes Raramuris y de ahí en adelante lo más destacado de los dos días, pasando por, Bachiniva hasta que llegamos a Cuauhtemoc y dormimos en Santa Isabel, fueron las colonias Menonitas.
Julio 9
No tienen idea y no se los puedo mostrar en fotografía pues no tomé la foto por ir pedaleando y reconozco mi error, pero imagínense un valle de grandes dimensiones todo completamente lleno de campos o milpas de maíz del mismo tamaño como 1.20 mts., ahora si que hasta donde la mirada le alcanza a uno, impresionante pero eso no es todo, una carretera de cuatro carriles con negocios muy bien puestos de venta de maquinaria, de camionetas, moteles, restaurantes, sus granjas y todo pero muy limpio por kilómetros y kilómetros hasta que llegamos a Cuauhtémoc.
O sea, parecía otro país y francamente nos dejó algo atónitos a todos, ver el grado de desarrollo que han alcanzado estos pueblos, también mexicanos en México, a base de puro trabajo. No se si está bien o mal, pero me voy porque está muy bien. Esa gente ha trabajado por su bienestar y tienen su justa recompensa, bien por ellos.
Julio 10 y 11
Ahí en Cuauhtémoc una ciudad agradable, de chicas bonitas, continuamos a Santa Isabel y se nos unió Memo de Chihuahua, el cual rodó los próximos dos días hasta Parral con nosotros, en el tramo a Valle de Zaragoza ya para llegar, un trailer hizo que Charlie se salieran del camino y resultara con las rodillas de penitente, único incidente de estos en todo el viaje y de aqui a Parral, pasamos un día de lluvia intensa donde aun cuando al terminar de llover, cada trailer que nos rebasaba, era como si nos atacara un tornado, muy entretenido para por fin llegar a Hidalgo de Parral donde tomamos un merecido día de descanso.
Julio 12
Aquí en Parral nos hospedó y atendió nuestro amigo Víctor Terrazas cosa que le agradecemos mucho pues traíamos un presupuesto muy tirante y no nos daba para casi nada, así que la hospitalidad que caracteriza a Chihua-hua se hizo presente con una cena de gorra en una pizzería local y otras amenidades. Llegamos el mero día en que se iniciaban las Jornadas Villistas y fuimos al Mineral de Santa Bárbara a presenciar una carrera tradicional al vecino también mineral de San Francisco del Oro.
La ciudad fue fundada en 1631 por Juan Rangel como San José del Parral pero cambiaron su nombre después de la independencia en honor al Padre Miguel Hidalgo. Cabe decir que Parral fue considerado en varias ocasiones como capital de Durango durante el Virreinato, ya que los gobernadores y sus familias preferían vivir en la misma por cuestiones de inseguridad con los indios del desierto, los Chichimecas mismos que frenan la conquista del norte por lo menos unos 150 años.
Julio 13
Salimos pedaleando de Parral con un pequeño contingente de ciclistas que nos acompañaron parte del recorrido hacia Canutillo donde el General Villa vivió sus últimos días antes de ser asesinado en Parral. Por no correr riesgos, ya que este tramo de carretera es muy inseguro por su estreches y mal estado, hacemos un traslado en nuestro vehículo de apoyo hasta el punto llamado “La Zarca” y de aquí continuamos en pleno semi-desierto de Durango por la ruta antigua del Camino Real.
Julio 14 15 y 16.
Dormimos en el 5 de Mayo en lo que hemos ya llamado el country club de este pequeño pero amistoso lugar, una cancha de básquet, una pila, unos columpios, una gran mezquite y un papalote rechinando toda la noche, en este lugarcito del desierto, año con año llegamos a saludar a Doña Lucían Tarin y su perrito capullo.
El día siguiente pasaba el paisaje con una rapidez realmente sorprendente y así dejamos atrás verdaderas joyas de historia y tradición en San Pedro el Gallo, San Luis del Cordero y Nazas donde después de 50 años de carretera todavía no hay más que un puente que atraviesa el Río Nazas en Paso Nacional a 17km. del poblado, un puente colgante por donde atravesamos y una chalupa estilo Veracruz donde pasan a las camionetas y carros cuando este no lleva mucha corriente, a eso llaman progreso.
De todas, Nazas es un agradable remanso de tranquilidad y pasamos el medio día tomando la siesta en una de sus plazas sombreadas. Por la tarde siguiendo el camino de terracería hacia Peñón Blanco, nos dimos a la tarea de subir la única sierrita que vale la pena en todo el recorrido, hasta el rancho de “Terreros” en un paisaje en verdad hermoso. Ahora si que “nos dimos” como la mosca le dijo al burro, pues yo andaba muy enfermo del estómago y no pude pedalear dos días. Aun así, la tarde, la noche y la mañana siguiente, fueron un verdadero regocijo, y aun cuando yo iba en el vehículo de apoyo, esto me dio oportunidad para sacar varias fotos especialmente del Cerro de Peñón Blanco, en su conjunto la piedra de granito más grande del norte del país. La cual tiene pared vertical de más de trescientos metros con ocho rutas para escalar bastante interesantes con un potencial turístico enorme.
Era increíble como en 10 días, habíamos recorrido 960 km. del norte del país en un vehículo constantemente discriminado, no contaminante, e impulsado por nuestra propia fuerza, “la bicicleta”. Continuará...
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